Dos casillas al rellenar la ficha de ingreso en Facebook tienen la culpa. "Me interesan...", pregunta la página. "Hombres", "Mujeres", pinchar en ambas, o en ninguna, son las opciones con las que permite responder. Esta información personal, que en principio el usuario sólo pretende compartir con sus amigos, interesa mucho a Facebook. A partir de ese momento, un simple click puede haber definido el tipo de cliente que llama a su puerta. Y no en base a sus gustos o aficiones, sino atendiendo a algo tan privado como su orientación sexual. |